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Senos y huevos, de Mieko Kawakami

La novela Senos y huevos, de Mieko Kawakami, está conformada por dos partes llamadas Libro 1 y Libro 2. Al terminar de leer la novela, descubrí que Mieko publicó el Libro 1 en primer lugar y luego decidió extender la novela, naciendo de este modo el Libro 2.


En el Libro 1 conocemos a la protagonista, Natsuko, una mujer treintañera que vive en Tokio desde hace diez años y que desea convertirse en una escritora, sueño que aún no logra cumplir en la fecha en que se sitúa la narración. Ya a las pocas páginas del libro nos enteramos de que ella es una mujer de pocos amigos y que lleva una vida bastante monótona. Sin embargo, la monotonía se rompe con la visita de su hermana, Makiko, de treinta y nueve años y Midoriko, su hija de doce años.


Poco a poco vamos conociendo, a través de sus conversaciones, la dura infancia que tuvieron las hermanas, marcada por la pobreza, el alcoholismo y la violencia del padre, y la temprana muerte tanto de la madre y la abuela de ambas, dejándolas en una situación vulnerable, que las obligó a trabajar desde muy jóvenes. Y es en una de estas charlas en que descubrimos que Makiko está en Tokio porque desea realizarse una cirugía de implantes mamarios. Nos enteramos, en la medida que avanzamos en la historia, de que gran parte de sus días giran en torno a su obsesión por querer cambiar sus senos al no sentirse a gusto ni con su tamaño ni el color de sus pezones.


Si bien gran parte del relato tiene relación con Makiko y su tema con los senos, también el Libro 1 presenta algunas reflexiones de Natsuko respecto a distintos temas cotidianos de las mujeres: la incomodidad de tener la menstruación, tanto por las molestias físicas como por los percances que ocurren en esos días, lo que la lleva a preguntarse sobre si el significado de ser mujer tiene que ver con algo físico o, más bien, sobre cómo lo interiorizas.


Otra cosa interesante que tiene el Libro 1 es que vamos conociendo un poco más de Midoriko, la sobrina de la protagonista. A ella la vemos a través de los extractos de su diario de vida, donde comparte sus reflexiones sobre ser una adolescente. Comenta, por ejemplo, cómo se siente ser la única de su grupo de amigas que no ha tenido su periodo aún. Reflexiona sobre el por qué se celebra la primera menstruación exclamando la famosa frase, “¡Oh, ahora ya es una mujer!” Se pregunta también si por el hecho de ser mujer la convierte potencialmente en madre o, por el contrario, si decide no fecundar ninguno de sus óvulos o huevos la hará ser menos mujer. Entendemos, además, un poco acerca de su relación con su madre y cómo la obsesión de ésta por sus implantes de senos y el trabajar de lunes a sábado en un club nocturno, las ha ido distanciando, al punto que Midoriko ha decidido no hablar más con ella. Nos enteramos también de lo mucho que le asusta crecer al ver un mundo donde la mayoría de los adultos que conoce son infelices.


Así transcurre este primer libro, entre recuerdos de infancia de las hermanas, la tensión entre madre e hija, las reflexiones y temores de una niña entrando a la pubertad y la obsesión por los senos.


El Libro 2 tiene lugar años después de la visita de su hermana y sobrina a Tokio. Natsuko, de treinta y ocho años, es ahora autora de un libro que fue recibido muy bien por el público y está trabajando en su segunda novela. Pero trabajar en esta nueva obra le resulta muy difícil. Su cabeza está en otra parte: ella quiere ser madre, pero está soltera y no tiene ninguna intención de tener pareja, lo cual es un problema en Japón.


Es interesante ver como la autora presenta muchas de las aristas que tiene la maternidad, especialmente cuando es parte de una decisión, ya para algunas mujeres les llega de una manera mucho más natural o como una sorpresa de la vida, por así decirlo. A otras, en cambio, nos toca una vivencia diferente: tenemos que decidir si queremos transitar ese camino o no y estar muy conscientes de la implicancia de dicha decisión. Es así que vamos viendo página tras página como Natsuko ingresa en un laberinto que parece no tener salida.


Tal vez ante los ojos de mujeres más jóvenes o de aquellas que ya fueron madres puede parecer un sin sentido. Pero, como mujer soltera de cuarenta y dos años, me vi totalmente reflejada en mucho de sus pensamientos y contradicciones. Algunas de las primeras preguntas que enfrenta Natsuko son, ¿realmente quiero ser madre o lo que me motiva es una presión social que es lo que se espera de mí como mujer? ¿Qué es lo que busco realmente con esa experiencia? ¿Por qué quiero traer un hijo al mundo? ¿Para no estar sola? ¿Por sentir qué trasciendo? ¿Por sentir que así algo se completa en mi vida? Además, en tiempos convulsionados como los que vivimos, muchos consideran que es un acto egoísta concebir un bebé, como se lo hacen ver a la protagonista.


En Japón, una vez decidido que se quiere ser madre y que se desea serlo sin una pareja y sin una relación sexual de por medio, se presenta otro desafío para la mujer: este país no permite el uso de bancos de semen ni la inseminación artificial a mujeres solteras. Es un procedimiento reservado solamente a matrimonios o parejas de hecho. Si una mujer desea concebir de esta manera, debe acceder a una inseminación casera (usando kits a la venta en farmacias o sitios como Ebay o Amazon) y con semen que debe comprar en el “mercado negro” o bancos de semen internacionales que envían el material a tu domicilio. Gracias a este libro supe que la inseminación casera es un procedimiento que se practica bastante a nivel mundial. Pero entonces, ¿por qué tanta limitación para la mujer soltera? Se critica tanto a las mujeres que deciden ser madres sin un hombre a su lado, cuestionando su capacidad de criar a un hijo, siendo incluso tildadas de egoístas, sin embargo, aceptamos que muchas mujeres terminen criando hijos como madres solteras cuando sus parejas las han abandonado. ¿Acaso esos niños abandonados por sus padres no necesitaban también de ellos en su vida? ¿Acaso ese hombre que abandona no es también egoísta?


Entramos aquí a un tema bastante recurrente en esta parte de la novela: la ausencia de lo masculino. En efecto, los personajes son principalmente mujeres y los hombres aparecen en recuerdos, siendo –en su mayoría hombres abusivos o que han abandonado a sus parejas e hijos. De alguna manera, se deja entrever que “no es necesario un hombre en la vida de una mujer” para que sea feliz.


Pero aun suponiendo que lograse quedar embarazada a través de la inseminación artificial, entonces otro conflicto aparece en la mente de Natsuko: ¿qué implicancia tendrá para ese hijo el hecho de que nunca podrá conocer a su padre? Sabe que algunos hijos nacidos por este procedimiento enfrentan una difícil situación al saber la verdad, sin nombrar lo perturbador que es no saber quién es su padre. Pero, piensa Natsuko, ¿no sucede lo mismo con los hijos que son adoptados?


Los hijos deben venir de una familia bien constituida. ¿Cómo vas a concebir un hijo de un hombre que no conoces? Todas estas críticas pasan por la mente de la protagonista, pero ella se responde: ¿acaso solo un matrimonio cumple con el concepto de “familia bien constituida”? ¿Qué pasa entonces con esos matrimonios llenos de violencia y abuso? ¿Qué pasa con esos hijos que llegan producto de una noche de tragos y diversión? ¿No son acaso hijos de padres desconocidos y ausentes? Es más, ¿qué pasa con esas mujeres que noche a noche duermen con una pareja a la que apenas conocen?


Si, puede parecer chiste ver todas las preguntas que rodean a la protagonista, pero cuando iba leyendo, todas estas reflexiones no me eran nada indiferentes; de alguna u otra manera me hacían reflexionar sobre mi propio sentir respecto a la maternidad y cómo llevarla a cabo.


Como podemos ver, en el Libro 2 acompañamos a Natsuko mientras ella se encuentra en la compleja situación en que muchas mujeres nos entrampamos al momento de pensar en la maternidad estando solteras. Y la acompañamos en su decisión, la compartamos o no.


Por lo demás, con el Libro 1 fue imposible no acordarme de mi adolescencia, de mi primera regla, de los dolores, los "accidentes" que hasta el día de hoy me acompañan. Y de mi sentir cuando me di cuenta en esos años de que mis senos no serían del tamaño que la moda dictaba. Aunque en la actualidad agradezco el tamaño que tienen y ya no es tema, sí recordé lo mal que lo pasaba. Por otra parte, el Libro 2 definitivamente no me dejó indiferente. Cuando se llega a cierta edad (diferente para todas) en donde estás soltera, te sueles preguntar, ¿esto necesariamente implica que no seré madre? O bien, ¿quiero ser madre sin tener una pareja? ¿tengo que hacerle caso a la “presión de mi reloj biológico” y tomar acciones ya? O por el contrario, ¿vivo mi vida, la disfruto y si encuentro una pareja y aún soy fértil, me lanzo a descubrir si es posible abrir ese nuevo capitulo en mi vida?


Son preguntas aparentemente simples, pero cuyas respuestas son tan personales y tan relacionadas con ejercer el derecho a vivir la vida que nosotras deseamos y anhelamos. Al fin y al cabo, somos mucho más que senos y huevos.



 

Nota Respecto a la autora:

Mieko Kawakami es una escritora y cantante japonesa nacida el 1976. En 2007 la novela corta Senos y huevos (Lo que acá se llama Libro 1) recibe el premio Akutagawa, el premio literario más prestigioso en Japón.


Al estudiar para este articulo, descubrí que al español solo ha sido traducido el Libro 1, el cual podrán encontrar en algunas librerías en línea (www.buscalibre.cl o www.amazon.com). La traducción de la novela completa al español está aún en desarrollo. Si manejas el inglés, podrás comprar el libro físico o bien su versión para Kindle y acceder a la obra completa (Europa Editions).

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